Hay
una gran variedad de mayos en los pueblos de la comarca
de Cifuentes.
Constituían
una fiesta para celebrar la entrada del buen tiempo
y el despertar de la Naturaleza, dormida durante todo
el largo invierno alcarreño y serrano.
La fiesta del Mayo solía, con ligeras variaciones, celebrarse
del siguiente modo: El 30 de abril se reunían todos
los mozos del pueblo. Como primera medida cortaban un
pino bien alto y lo plantaban en medio de la plaza.
Este constituía el símbolo de la fiesta que se prolongaría
durante todo el mes. Una vez plantado el mayo se adjudicaban
(en algunos pueblos mediante subasta) una o varias mayas.
Les solía corresponder una maya principal y otras no
tanto, puesto que como mayas entraban todas las mujeres
y niñas solteras, incluso las recién nacidas.
Por
la noche, acompañados de instrumentos de cuerda, rondaban
las casas de cada una de las mayas, cantando las innumerables
estrofas que dibujaban las perfecciones de sus bellos
cuerpos. Al terminar, la canción derivaba en una Jota
y la moza rondada se les despejaba la incógnita del
mayo que le había correspondido cuando éste le cantaba:
<<Si quieres saber [nombre] / el Mayo que te ha
caído / Fulano tiene por nombre / y Mengano de
apellido>>.
Generalmente,
al día siguiente la maya invitaba a comer a su casa
al mozo en cuestión. Después había baile, y en algunos
pueblos durante todas las tardes del mes. De este modo
surgían muchos de los noviazgos de los pueblos. En algunos
de ellos, cuando el mayo no era del agrado de la chica,
mostraba ésta su disconformidad, colocándose el mandil
del revés o de otra forma que se adoptase como código
de comunicación.
En
varios pueblos, y dad la tradición religiosa del mes
de mayo a la Virgen de las Flores, se cantaban también
los mayos a la Virgen, poesía a lo divino, como ocurría
en Carrascosa de Tajo, Trillo, Morillejo…
La temática de cantar es describir en versos de seis
sílabas la belleza detallada de las mayas, glosando
todas y cada una de las partes del cuerpo, empezando
por la cabeza y terminando por los pies. Después se
concluía con la Jota, que abría el misterio dando a
conocer el nombre del mayo que le estaba rondando, como
ya hemos dicho.
Si
bien la letra de esta zona es muy parecida en todos
los pueblos, la música, por el contrario, es bastante
distinta y en ocasiones con unas características muy
diversas.
Texto
extraído de “Canciones de la Alcarria”
de Edmundo Cabellos Llorente , Cifuentes 1994.
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© 15/03/2007
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